jueves, 1 de octubre de 2009

Alicia de Larrocha interpreta a Albéniz

El pasado 25 de septiembre murió una de las grandes pianistas de nuestro tiempo.
Alicia de Larrocha nació en mayo de 1923 en Barcelona. Desde muy niña se dio a conocer como prodigio de la interpretación. Su afortunadamente larga carrera fue un constante éxito.
Aunque interpretó a gran cantidad de compositores, fueron los españoles su especialidad, sobre todo Isaac Albéniz y Enrique Granados. Las grabaciones que hizo de obras del primero nos muestran su gran talento interpretativo, sobre todo de la música española.
Isaac Albéniz fue un gran compositor español de fines del siglo XIX. Su obra pianística está inspirada fundamentalmente en la música de su país, aunque recreándola de forma más concertante que popular. Supo componer verdaderas obras de arte a partir de las expresiones musicales españolas.
Su música para España nos hace sentir una guitarra inexistente en el fondo, aunque siempre está presente. De ahí que las transcripciones para ese instrumento de sus obras podrían hacernos creer que fueron compuestas originalmente para él.
En su primera etapa compositiva hizo música sinfónica y operática con una fuerte influencia wagneriana, aunque fue la posterior, la que puede definirse como nacional, la que le dio renombre.
El álbum que hoy traigo es una joya que obtuve gracias a Diego Benítez Corredor, a quien se le debe este post homenaje. Contiene dos discos con las interpretaciones que hizo Alicia de Larrocha de la suite Iberia, partes de la Suite española, Navarra y otras obras, todas de Isaac Albéniz.
Justo cuando terminé la redacción de este post fui a echar la miradita de costumbre al blog Audiciones comentadas y ví para mi sorpresa que José Manuel había publicado un artículo sobre la suite Iberia de Albéniz. Los invito a leer ese formidable trabajo y de paso a ver muchos otros de ese blog que no tienen desperdicio.
Los dejo con un artículo acerca de Alicia de Larrocha, aparecido en el diario español "El País" al día siguiente de su muerte.

Nacida en Barcelona el 23 de mayo de 1923, Alicia de Larrocha se formó desde los cinco años en la tradición marcada por Enrique Granados. A esa edad entró en la academia de Frank Marshall, discípulo y colaborador del compositor y autor de un tratado sobre el uso del pedal en el piano.

Estudió armonía con Ricardo Lamote de Grignon y Joaquín Zamacois y al poco la descubrió Joaquín Turina, quien propició su debut un año más tarde en la Exposición Internacional, como uno más de los muchos prodigios que se exhibían. Cuenta la tradición que hubo que añadir unas calzas a los pedales del instrumento para que la niña pudiera accionarlos. A los 11 años dio un concierto en Madrid con la Orquesta Sinfónica dirigida por Arbós y ahí quedó establecido que el prodigio desembocaría en una sólida trayectoria como intérprete.

Pero no había prisa. Alicia seguía con sus estudios escolares, aparte de los musicales. Por esa época trabó una amistad profunda con la soprano Victoria de los Ángeles, de su misma edad. De esa amistad nacería una aclamada colaboración artística que llevaría la canción española -Falla, Turina, Mompou, Montsalvatge- por los mejores escenarios internacionales. Pero eso aún había de aguardar. A partir de 1940 empezó a dar recitales por toda la península, preparándose para el salto internacional, que se produjo en 1947 con una gira por Europa.

Casada en 1950 con el también pianista Juan Torra, con quien tuvo dos hijos, Juan Francisco y Alicia, en 1953 debutó en Londres y dos años más tarde saltó a EE UU, donde tuvo por representante a Herbert Breslin, que también lo era de Pavarotti. La carrera americana de Larrocha ya no habría de interrumpirse hasta el final. Al cumplir los 80 años dio una gira para despedirse, pero no legó a dejar del todo la actividad concertística.

¿Por qué encantaba con su piano a públicos tan diversos? Porque era de un rigor y a la vez de una humildad que te ganaban apenas pisaba el escenario. Ella solía decir que la música no era para verse, sino para escucharse. Sentada ante el gran cola de concierto parecía como una niña perdida en la inmensidad. Pero apenas entraba se convertía en una artista de extraordinaria madurez que no se permitía la más mínima concesión a la galería, ningún gesto de virtuosa, ninguna artificiosidad, nada. Su interpretación parecía natural, como si brotara de la pura lógica de la partitura. Mucho estudio se necesita para lograr esa aparente sencillez.

Su repertorio fue extenso, no sólo español, sino también centroeuropeo: Schumann, Mozart, Beethoven y los impresionistas, Ravel, Debussy, Fauré. Pero su caballo de batalla había de ser la Suite Iberia de Albéniz, que tocaba de manera increíble, pues siempre tuvo la mano pequeña para una partitura que exige notabilísimas extensiones de los dedos.

Premiada y condecorada internacionalmente, con varios Grammy en su haber, en 1994 recibió el premio Príncipe de Asturias.

Alicia de Larrocha interpreta a Albéniz

Formato: Mp3
BitRate variable
Lista de Tracks
CD 1:
01 Evocación
02 El Puerto
03 El Corpus en Sevilla
04 Rondeña
05 Almería
06 Triana
07 El Albaicín
08 El Polo
09 Lavapié
CD 2:
01 Málaga
02 Jerez
03 Eritaña
04 Navarra
05 granada
06 Cataluña
07 Sevilla
08 Cádiz
09 Aragón
10 Pavana-capricho
11 Tango
12 Rumores de la caleta
13 Puerta de tierra
Contraseña:
musicainmensa

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